El amor es una cosa divertida. Esperas que sea fácil, esperas que sea un mundo de rosas y risas y momentos perfectos como los que solo salen en las películas. Esperas que él siempre diga lo correcto y que siempre sepa exactamente como te sientes. Esperas que él te calme cuando estés enfadada, o que te persiga cuando salgas corriendo. Esperas tanto que te sientes derrotada cuando algo no sale exactamente como habías planeado. Pero ahí esta la gracia. El amor no es un plan, notiene un comienzo exacto, tampoco tiene un final o una línea de meta visible para los que confían plenamente en él. El amor solo sucede... y es tan complicado... La gente de tu alrededor no puede comprender las cosas que haces, o por qué luchas tan duro por algo que parece que te cause "dolor", porque simplemente ellos no lo pueden ver. No pueden ver el anillo invisible de locura que te encierra cuando estás enamorado. A veces es incomodo, doloroso y devastador, pero no podemos vivir sin él. Lo que nunca se aprende es lo duro que es el amor, cuanto tenemos que poner de nuestra parte en él, como merece la pena volvernos idiotas por él. Amor no es que te traiga rosas todos los días, o que cosas bonitas hagan que vuestra relación pueda parecer más presentable. Inconscientemente pones tu vida, tu corazón, en sus manos... Porque todas esas peleas, todas las lágrimas, la incertidumbre... merecen la pena. Y es un infierno mucho mejor que estar feliz al 100% sin alguien que te haga ver que hay un mundo de diferencia entre sentirse "feliz" y sentirse "parte de algo".
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