Quiéreme lo que dura un polvo si quieres, pero quiéreme de verdad. Será lo más sincero que tengas de mi en tu vida y lo sabes. Así que olvidémonos del amor capistalista, ese que viene con grandes promesas, niños, casa y perro y con el "te quiero porque no quiero estar solo". Si ese es el mayor beneficio que eres capaz de obtener vas de cabeza a la bancarrota. Yo no quiero inversiones a largo plazo porque suelen acabar con el corazón en quiebra. La ley del deseo siempre acaba imponiéndose y eso es lo único que necesitas saber en este momento porque es la única moneda de cambio que va a servirte conmigo.

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